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El escudo de Gipuzkoa (3) La batalla de Belate,



La  mítica batalla de Belate, (posiblemente el 7 de diciembre de 1512) quizás solo consistió en la captura prácticamente sin lucha, debido al abandono de las piezas por la patrulla alemana al servicio del rey navarro que las protegía, de 12 cañones en el puerto de Belate  por parte de las tropas guipuzcoanas. 
Estas, apoyando a Fernando El Católico, lucharon junto al Duque de Alba contra las tropas gasco.navarras que habían entrado en Navarra con la intención de reponer en el trono  a al rey navarro Juan III de Albert que había sido destronado por el rey de Castilla  ese mismo año.

El relato de la famosa captura de los cañones lo conocemos especialmente por fuentes castellanas coetáneas,  Correa y  Martín de Anguerría. El primero se encontraba en Navarra en el momento de los hechos, acompañando al ejército del Duque de Alba, y el segundo actuaba de secretario del propio rey de Castilla.

La legendaria versión de Correa.

Correa, cronista del Duque de Alba, publicada en  1515

El Señor de  Lizarza (Lizarza_buru), uno de los nobles guipuzcoanos que trataba de hostigar la retirada del ejército navarro-gascón con unos trescientos ballesteros, sorprendió en las estribaciones de Belate a un grupo de alemanes con parte de la artillería empleada días atrás para batir los muros de Pamplona. Los lansquenetes alemanes, creyéndose atacados, se dieron a la fuga, no sin dejar dos artilleros que cubrieron su retirada abriendo fuego contra los guipuzcoanos, quienes cuerpo a tierra evitaron los proyectiles. Al rato, se acercaron, y Lizarzaburu al ver las piezas abandonadas, gritó ¡España, España!
Poco después llegó otro noble guipuzcoano, el señor de Berástegui, a quien Lizarzaburu encomendó la artillería para perseguir a los que huían. Alcanzó a muchos, hambrientos y helados, matando a más de un millar de ellos.
Posteriormente llegó Diego López de Ayala, líder oñacino y alcaide de la fortaleza de Fuenterrabía, que mandó un mensaje al Duque de Alba para el envío de dos centenares de mulas para bajar las piezas artilleras a Pamplona.

La versión de Mártir de Anguería

Mártir de Anguería, secretario de Fernando el Católico, habla de la participación de 3.000 guipuzcoanos y alaveses, reclutados por el gobernador y capitán general Juan Silva, que avanzaban lentamente con intención de cerrar el paso al ejército que huía. Medio centenar se adelantaron a los desfiladeros, cuando el grueso del ejército navarro-gascón lo había atravesado. Aun así sorprendieron a un grupo de alemanes que, agotados por el frío, el hambre y el cansancio, se dispersaron sin ofrecer ninguna resistencia, abandonando diez cañones y arrojando una de las piezas más pesadas a un barranco.
                               
Todo parece indicar que esta segunda versión, se ajusta mas a lo que realmente ocurrió en las estribaciones de Belate aquel martes de 7 de diciembre de 1512.


Existe también  la versión de del historiador de Tolosa Pablo Gorosabel que en el siglo XIX, en su libro “Bosquejo de las antigüedades, gobierno, administración y otras cosas notables de la villa de Tolosa” nos cuenta esta versión:

Versión de Pablo Gorosabel

En tanto el Rey Católico escribió a la provincia (de Guipúzcoa) desde Logroño en fecha 1º de Diciembre del mismo año 1512 una carta en la que encargaba a estos naturales cortasen la retirada al enemigo o a lo menos le hiciesen todo el daño posible. No era posible reunir y arreglar tan repentinamente, como el caso lo exigía, todas las fuerzas de guipuzcoanos que se deseaban; muchos de estos se hallaban por otra parte sirviendo en las escuadras de su Majestad e inglesa. Acudieron no obstante al lance de que se trata 3500 hombres, entre los que se hallaba la compañía de Tolosa, cuyo contingente llegaba a unas 1500 plazas; y pasando por las villas de Lesaca y Vera, llegaron el 7 a las montañas de Belate y Elizondo, donde el día 13 derrotaron al ejército francés, apoderándose de 12 cañones que llevaba, matando e hiriendo a muchos. En tan gloriosa jornada la compañía de Tolosa estaba mandada por Alberto Pérez de Rexil, vecino de la misma villa...

Con batalla o sin ella, lo cierto es que las tropas castellanas  se apoderaron de los cañones y al día siguiente, robaron el ganado  del monasterio de Belate y lo saquearon y expoliaron. Esta acción  fue castigada con la excomunión de los capitanes castellanos el 8-2-1513 dada  por el canónigo y prior del monasterio D .Lope de Erro, teniendo estos hechos una gran importancia en  la posterior  historia del escudo de Gipuzkoa.


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