La preponderancia de Navascués sobre el resto de los lugares del almiradío creció con el fuero concedido a la villa en 1417 por Carlos III el Noble. Reconociendo los servicios prestados por los vecinos y porque “son poblados en frontera et trabajan continuadament en defender los limites et fronteras de nuestro regno”, otorga a todos ellos la calidad de” fijosdalgos” adscribiéndolos al Fuero General, por el que se regirán en lo sucesivo. En adelante habrá en la villa un solo alcalde perpetuo para hijosdalgos antiguos y nuevos. El privilegio no igualó en calidad nobiliaria a todo el vecindario. Los antiguos hidalgos seguirán manteniendo cierto ascendiente sobre los nuevos. Al hacer la relación de fuegos el año 1428, los comisarios anotaron que los de Navascués “son todos francos et hijos dalgos, antiguos hay ocho”. Mausoleo de Carlos III el Noble y Leonor de Castilla